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domingo, 19 de febrero de 2012
Había pensado algún día dedicar algunas páginas a los latinismos que se encuentran todavía en el castellano actual, pero hoy he decidido hacer un homenaje (in memoriam significa en memoria de, en recuerdo de, en homenaje a) a Whitney Houston, que falleció el fin de semana pasado, y nada mejor que subtitular en latín una de sus canciones más conocidas (en inglés, I will always love you, y en latín, Ego semper te amabo). Aquí está el video:

jueves, 16 de febrero de 2012
Sin palabras




Y aquí, la versión de los Carnavales de Cádiz de este año 2012 (la chirigota del "Love", que se llamaba Los puretas del Caribe):

sábado, 11 de febrero de 2012
Hoy había pensado primero en escribir una breve nota sobre san Valentín, festividad que se celebra el próximo martes 14 de febrero: no era mala idea intentar redactar un poco sobre un santo que además era romano y venía a cuento con este blog.

Pero después me he negado a redactar nada sobre un santo que no se sabe muy bien si existió como tal o es más bien una mezcla de leyendas sobre varios personajes con este nombre. Para colmo de males, nuestra consumista sociedad lo ha asociado al día de los enamorados.

Así que he preferido hacer aquí una mezcla entre el latín de Catulo, un poeta romano del siglo I a.C., un poco de música y algunos poemas algo más cercanos en el tiempo del portugués Fernando Pessoa.

Catulo, al comienzo de su relación con una noble romana a la que él llamaba Lesbia, escribió:

Viuamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum seueriorum
omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt:
nobis, cum semel occidit breuis lux,
nox est perpetua una dormienda.
Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum.
Dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut nequis malus inuidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.

Y su traducción sería más o menos ésta (hay que tener en cuenta que debido al orden de palabras del latín y a su métrica basada en la alternancia de sílabas largas y breves, resulta casi imposible verter una poesía latina a la métrica española, por lo que, normalmente, suelen escribirse las traducciones en prosa):

Vivamos, Lesbia mía y amémosnos, hagamos caso omiso a todas las habladurías de los ancianos en exceso escrupulosos. Los astros pueden ocultarse y reaparecer, pero nosotros tendremos que dormir en noche perpetua tan pronto como se apague la breve llama de nuestra vida. Dame mil besos y después cien, otros mil luego, luego otros cien. Empieza de nuevo hasta llegar a otros mil y a otros cien. Después, cuando hayamos acumulado muchos miles, los revolveremos todos para perder la cuenta o para que ningún malvado envidioso sea capaz de embrujarnos cuando sepa que nos hemos dado tantos besos.

Y a continuación, podéis ver el mismo poema en un video:



Pero la relación entre Catulo y Lesbia fue degenerándose, hasta el punto de que el desdichado poeta es capaz de dirigirse un poema a sí mismo:

Miser Catulle, dēsinās ineptīre,
et quod vidēs perīsse perditum dūcās.
Fulsēre quondam candidī tibī sōlēs,
cum ventitābās quō puella ducēbat
amāta nōbīs quantum amābitur nūlla.
Ibi illā multa cum iocosa fiebant,
quae tū volebas nec puella nolebat,
fulsēre vērē candidī tibī sōlēs.
Nunc iam illa nōn vult: tu quoque impotēns nōlī,
nec quae fugit sectare, nec miser vīve,
sed obstinātā mente perfer, obdūrā.
Valē puella. Iam Catullus obdūrat,
nec tē requīret nec rogābit invītam.
At tū dolebis, cum rogāberis nūlla.
Scelesta, vae tē! quae tibī manet vīta?
Quis nunc tē adībit? Cui vidēberis bella?
Quem nunc amābis? Cuius esse dīcēris?
Quem bāsiābis? Cui labella mordēbis?
At tū, Catulle, dēstinātus obdūrā.


Y ésta sería su traducción (aquí sí se mantiene el verso, pero no la rima, lógicamente):

Desgraciado Catulo, deja de hacer tonterías,
y lo que ves perdido, dalo por perdido.
Brillaron una vez para ti soles luminosos,
cuando ibas a donde te llevaba tu amada,
querida por ti como no lo será ninguna.
Entonces se sucedían escenas divertidas,
que tú buscabas y tu amada no rehusaba.
Brillaron de verdad para ti soles luminosos.
Ahora ella ya no quiere; tú no seas débil tampoco,
ni sigas sus pasos ni vivas desgraciado,
sino endurece tu corazón y mantente firme.
¡Adiós, amor! Ya Catulo se mantiene firme:
ya no te cortejará ni te buscará contra tu voluntad.
Pero tú lo sentirás, cuando nadie te corteje.
¡Malvada, ay de ti! ¡Qué vida te espera!
¿Quién se te acercará ahora? ¿Quién te verá hermosa?
¿De quién te enamorarás? ¿De quién se dirá que eres?
¿A quien besarás? ¿Los labios de quién morderás?
Pero tú, Catulo, resuelto, mantente firme.


Y aquí, un video con el mismo poema subtitulado en castellano con otra traducción:



Pero el más hermoso de todos los poemas de Catulo tiene sólo dos versos y recoge las contradicciones que provoca el amor. Es éste:

Odi et amo. quare id faciam, fortasse requiris.
Nescio, sed fieri sentio et excrucior.

Odio y amo. Por qué hago esto, podrías preguntarte.
Lo ignoro, pero así me siento y me torturo.

Éste famoso poema fue uno de los que sirvió a un compositor de música clásica, Carl Orff, para escribir su obra Catulli Carmina (Poemas de Catulo). En el siguiente video podéis escuchar el poema 85 de Catulo (Odi et amo):



Sin embargo, ya antes en la música el amor y sus efectos había sido objeto de estudio, como por ejemplo en la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart titulada Las bodas de Fígaro, en la siguiente aria interpretada por la mezzosoprano Cecilia Bartoli:



El texto del aria dice así (en traducción al castellano):

Ustedes que saben qué cosa es amor, mujeres, díganme si yo lo tengo en el corazón.
Aquello que yo siento les diré, es para mí nuevo, comprenderlo no sé.
Siento un afecto lleno de deseo, que ora es placer, ora es martirio.
Me hielo y después siento el alma inflamar, y en un momento me vuelvo a helar.
Busco un bien fuera de mí, no sé quién lo tiene, no sé qué es.
Suspiro y gimo sin querer, palpito y tiemblo sin saber.
No encuentro paz ni de noche ni de día, y sin embargo me gusta languidecer así.
Ustedes que saben qué cosa es amor, mujeres, díganme si yo lo tengo en el corazón.

Y para terminar, un poema de Fernando Pessoa (de quien podéis encontrar más poemas en esta dirección) titulado "Todas las cartas de amor son ridículas":


Todas as cartas de amor são ridículas

Todas as cartas de amor são
Ridículas.
Não seriam cartas de amor se não fossem
Ridículas.

Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
Como as outras,
Ridículas.

As cartas de amor, se há amor,
Têm de ser
Ridículas.

Mas, afinal,
Só as criaturas que nunca escreveram
Cartas de amor
É que são
Ridículas.

Quem me dera no tempo em que escrevia
Sem dar por isso
Cartas de amor
Ridículas.

A verdade é que hoje
As minhas memórias
Dessas cartas de amor
É que são
Ridículas.

(Todas as palavras esdrúxulas,
Como os sentimentos esdrúxulos,
São naturalmente
Ridículas.)

Y su traducción:

Todas las cartas de amor son ridículas

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).


Feliz San Valentín