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miércoles, 23 de mayo de 2012
En una entrada anterior ya había citado a Martha Nussbaum, pero la reciente concesión del premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012 me ha llevado a escribir este post que creo que será de interés tanto para los alumnos que estudian Latín y Griego como para los universitarios actuales y futuros.
Primero, el personaje: Martha Nussbaum es una filósofa nacida en Nueva York en 1947 que ha expresado bien a las claras cuál es el valor de las humanidades en la educación. Para nosotros su libro más importante es el titulado Not for profit: Why democracy needs the humanities (del que hay una traducción al castellano, Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Buenos Aires-Madrid, Katz editores, 2010).
Pero también en varias ocasiones y entrevistas ha manifestado ideas como las siguientes que demuestran el valor de la enseñanza de las humanidades en un mundo como el actual:
Sobre el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012, pueden consultarse la trayectoria profesional de la premiada, el Acta del jurado en la concesión del premio y la declaración de Martha Nussbaum tras la concesión del premio.
Afortunadamente, nos queda la esperanza de que siempre existirán alumnos interesados por las humanidades que estudiarán estas carreras contra viento y marea y podrán en un futuro seguir defendiendo las humanidades desde institutos y universidades.
Desde aquí, nuestra enhorabuena a Martha Nussbaum por el reciente premio y nuestra solicitud de que siga defendiendo las humanidades (y especialmente el Latín y el Griego como vehículos de expresión de todas estas ideas) en su discurso.
Pero también en varias ocasiones y entrevistas ha manifestado ideas como las siguientes que demuestran el valor de la enseñanza de las humanidades en un mundo como el actual:
Hoy necesitamos las humanidades como siempre, porque todavía precisamos cultivar nuestra capacidad de respeto mutuo, de comprensión y de compasión, y esta ha sido la contribución que las humanidades han hecho siempre a la educación. Volviendo a Sócrates, él comprendió que, para que la democracia sobreviviera, había que capacitar a las personas para cuestionar y examinar de forma rigurosa sus propios argumentos, y sustraerlos a la retórica de los políticos. Los griegos tuvieron que aprender a argumentar y a debatir juntos, y ese es un modo de crear una cultura pública basada en el respeto más que en la autoridad o en la tradición. Ahora bien, en las democracias modernas hay mucha retórica por todas partes. En Estados Unidos tenemos a esos personajes de la radio y la televisión que no paran de emitir mensajes que se supone que hay que seguir. Solo si la juventud entiende cómo criticar esos juicios y cómo hallar premisas correctas y argumentos válidos podrá sostener la esperanza de ejercer una ciudadanía independiente. Si los ciudadanos no son independientes, no podemos hablar de democracia, sino, en todo caso, de alguna forma de fascismo o de totalitarismo. Por ello es urgente el debate sobre las humanidades; lo necesitamos en la misma medida que la capacidad de empatía, de entender la experiencia de quienes son diferentes a nosotros. Todos los seres humanos nacen con esta capacidad básica –y ahora sabemos que incluso los simios y otros animales poseen esta capacidad de asumir la perspectiva del otro–, pero hay que desarrollarla mediante la educación. ¿Qué hacen las humanidades? Te emplazan a ocupar posiciones diferentes a las propias. Cuando lees una novela o un poema te estás entrenando en simpatía. Y si careces de este entrenamiento, ¿cómo entenderás realmente los problemas con que lidian las sociedades? ¿Cómo sabrás de qué modo una determinada ley afectará a un grupo minoritario? Ahora bien, las humanidades también son buenas en sí mismas, son divertidas e iluminan nuestra vida de diversos modos. Pero donde quise centrarme fue en la democracia; incluso quienes no consideran divertidas las humanidades pueden compartir el deseo de que la democracia persista.
Tomado de Barcelona Metrópolis
Además ha advertido que la situación de la enseñanza está cambiando debido fundamentalmente a transformaciones políticas, como por ejemplo en el siguiente párrafo, tomado de Sin fines de lucro:
Se están produciendo cambios drásticos en aquello que las sociedades democráticas enseñan a sus jóvenes. Sedientos de dinero, los estados nacionales y sus sistemas de educación están descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son necesarias para mantener viva la democracia.
Y además, alerta de que estas transformaciones harán que aparezcan
Por último, es muy interesante el artículo del diario Público titulado Un mundo de gente rentable, donde además de formularse estas y otras opiniones, se clasifica a los ciudadanos en distintas categorías y se tratan los peligros que supone el plan Bolonia para las humanidades.generaciones enteras de máquinas utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales capaces de pensar por sí mismos
Sobre el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012, pueden consultarse la trayectoria profesional de la premiada, el Acta del jurado en la concesión del premio y la declaración de Martha Nussbaum tras la concesión del premio.
Afortunadamente, nos queda la esperanza de que siempre existirán alumnos interesados por las humanidades que estudiarán estas carreras contra viento y marea y podrán en un futuro seguir defendiendo las humanidades desde institutos y universidades.
Desde aquí, nuestra enhorabuena a Martha Nussbaum por el reciente premio y nuestra solicitud de que siga defendiendo las humanidades (y especialmente el Latín y el Griego como vehículos de expresión de todas estas ideas) en su discurso.
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